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Envenena a China el plomo industrial

Por Sharon LaFraniére
The New York Times, 25 de junio de 2011

ALDEA DE MENGXI, China - En los últimos dos años y medio, se ha detectado en miles de chinos un nivel tóxico de exposición al plomo, causado principalmente por la contaminación resultante de fábricas de baterías y hornos de fundición de metales. Los casos subrayan una pauta de descuido gubernamental en muchas industrias de una China abocada al crecimiento que sólo cuenta con salvaguardas rudimentarias.
En el afán por conseguir los dividendos políticos del desarrollo económico, los funcionarios locales regularmente pasan por alto la contaminación medioambiental, la seguridad laboral y los peligros para la salud pública.
Un reporte dado a conocer este mes por la organización Human Rights Watch afirma que algunos funcionarios locales han reaccionado a las intoxicaciones masivas al limitar las pruebas de detección de plomo, ocultar y tal vez manipular sus resultados, negar tratamiento y buscar acallar a padres de familia y activistas.
Un alto nivel de plomo puede  dañar el cerebro, los riñones, el hígado, el sistema nervioso, el estomago y hasta causar la muerte. Los niños son particularmente susceptibles porque absorben el plomo más fácilmente.
"No se ha hallado un nivel de plomo en la sangre que sea inofensivo para un niño", explicó Mary Jean Brown, de los centros Estadounidenses para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Los envenenamientos masivos sólo salen a la luz pública luego de que los padres suspicaces solicitan exámenes en el hospital y alertan a sus vecinos o colegas de trabajo. Los pocos estudios dados a conocer señalan a un enorme problema. Un reporte de investigación del 2001 consideró la intoxicación por plomo uno de los problemas de salud pediátrica más comunes en China. Una revisión del 2006 sugirió que uno de cada tres niños chinos tiene un nivel elevado de plomo en la sangre.
Wang Jingzhong, vicedirector de la Asociación China de la Industria de los Acumuladores, indicó que el sector ha crecido un 20 por ciento anual y se espera que se desarrolle aún más. En la actualidad, China tiene unas 2 mil fábricas de producción de baterías de autos y mil de reciclaje. Shen Yulin, director de protección medioambiental del Condado de Deqing, donde se halla Mengxi, indicó que 65 inspectores cubren una región de más de mil kilómetros cuadrados, con más de 2 mil plantas. La supervisión es desigual, en el mejor de los casos.
En junio, Li Ganjie, viceministro de protección medioambiental, indicó que cada caso sospechoso de intoxicación con plomo era investigado y las víctimas atendidas.
Sin embargo, entrevistas con 20 familias apuntan a otra realidad. Cerca de Ciudad Jiyuan, en la Provincia de Henan, se detectó en el 2009 un alto nivel de plomo en la sangre de casi mil niños de 10 aldeas. Los funcionarios gubernamentales ordenaron que los menores fueran tratados, sus familias reubicadas y los hornos limpiados.
Pero un visitante reciente encontró a los niños aún jugando a la sombra de un horno de fundición de plomo privado. Sus padres indicaron que los hospitales locales ahora se niegan a practicarles nuevas pruebas de medición de plomo en la sangre.
En la Fábrica de Baterías Zhejiang Haijiu, en el Condado de Deqing, donde trabajadores y aldeanos iracundos causaron disturbios en junio, la reglamentación en materia de emisiones de plomo era inexistente.
En junio, se encontraron en 233 adultos y 99 niños concentraciones sanguíneas de plomo de hasta siete veces el nivel considerado inofensivo por el Gobierno chino.
Zhao Guogeng, vicepresidente de Zhejiang Haijiu, indicó que la compañía cubre los gastos médicos de las víctimas del plomo. Las autoridades indicaron que el representante legal de la planta ha sido detenido y ocho funcionarios han sido castigados.
Pero no es ningún consuelo para Han Zongyuan, empleado de la fábrica quien relató que su hija, de3 años, había absorbido suficiente plomo para afectar irreversiblemente su capacidad intelectual y dañar su sistema nervioso.
“Me rompió el corazón”, expresó Han. “Queríamos que esta niña lo tuviera todo. Por eso trabajamos tan duro. Por eso nos envenenamos en la fábrica. Ahora resulta que la niña también está envenenada. No tengo palabras para describir cómo me siento”

Jonathan Ansfield contribuyó con reportes desde Beijing. Mía Lí, Heng Shao y Adam Century contribuyeron con investigación desde Beijing.

Piden plan para salvar Xochimilco

> Temen autoridades que UNESCO deje de considerar la zona Patrimonio Cultural

Mariel Ibarra
Reforma, México, 29 junio 2011

El descuido y olvido en el que se encuentra Xochimilco no sólo pone en riesgo a que la UNESCO pueda eliminado de la de la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad, si no que se pierda el único referente vivo que se tiene de la antigua Tenochtitlán.
Así lo alertaron ayer, el secretario de Turismo del Distrito Federal, Alejandro Rojas; la diputada local del PRI, Alicia Téllez y Alberto González, miembro honorario del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (lCOMOS), al urgir a un rescate integral de la zona que fue condecorada por el organismo internacional, junto con él Centro Histórico en 1987.
"Xochimilco es el único referente vivo que se tiene de la antigua Tenochtitlán y si seguimos con el descuido y olvido no sólo se está en riesgo de perder el nombramiento, que tendría un costo muy grande para el país y la Ciudad, si no que estaríamos perdiendo los canales y barrios que son parte de la esencia del País mismo.
"Xochimilco está a punto del colapso y ecocidio", manifestó Rojas, quien aceptó que esto ha pasado por el descuido de los tres nivel de gobierno.
En conferencia conjunta, Rojas y Téllez hicieron un llamado a los diputados de la Asamblea Legislativa a discutir y aprobar la iniciativa presentada por la priista en marzo pasado, para crear un Consejo Consultivo autónomo que determine un plan de rescate para la zona a corto y largo plazo.
Téllez indicó que con la creación del "Consejo Consultivo de Xochimilco para su Desarrollo Turístico, Evaluación y Mantenimiento Sustentable", se buscan conjuntar esfuerzos del Gobierno Federal, del DF y delegacionales para realizar diagnósticos a favor de la zona, y sobre todo, para destinar recursos y aplicarlos en su rescate.
La legisladora indicó que el 70 por ciento de la gente que vive en la zona lo hace del servicio turístico, por lo que hay que reordenar los servicios que se dan en el lugar y hacer un plan que incentive la economía en el lugar.
González, aclaró que aunque en la UNESCO están preocupados por el deterioro de Xochimilco, todavía no se encuentra en la lista de "patrimonio mundial en riesgo", que es la luz amarilla que advierte sobre la posible eliminación del nombramiento.
Sin embargo, aseveró que sí es urgente que el Estado Mexicano trabaje para preservar las zonas chinamperas, como sitio de producción histórica.
''Es importante el aspecto turístico, pero lo importante es que en la zona declarada aún hay uno de los sistemas más productivos a nivel mundial y que enfrenta la presión urbanizadora y el manejo del agua", dijo el también catedrático de la UAM Xochimilco.

Hay más calor y menos comida

Crece alarma científica al aumentar precios, población y calor.

Por Justin Guillis
CIUDAD OBREGÓN, México
The New York Times
por Reforma, México
11 junio 2011

EL GRAN SISTEMA agrícola que alimenta a la raza humana está en problemas.
El rápido crecimiento en la producción agrícola de fines del siglo 20 se ha reducido a tal grado que no logra satisfacer la demanda, impulsada por crecimientos poblacionales y la creciente prosperidad de países que alguna vez fueron pobres.
El consumo de los cuatro alimentos básicos que suministran la mayoría de las calorías humanas -trigo, arroz, maíz y soya- ha superado a la producción durante gran parte de la última década. El desequilibrio ha resultado en dos enormes repuntes en el precio internacional de los granos desde el 2007, en los que el costo de algunos granos aumentó a más del doble.
Esos aumentos en los precios han empeorado el hambre para decenas de millones de pobres, al desestabilizar políticas en una veintena de países, desde México hasta Uzbekistán y Yemen. En el 2008, el Gobierno haitiano fue destituido en medio de disturbios por el acceso a alimentos, y el enojo debido a los precios ha jugado un papel en las revueltas árabes.
Ahora, investigaciones sugieren que un factor previamente pasado por alto ayuda a desestabilizar al sistema alimentario: el cambio climático.
Muchas de las cosechas fallidas de la última década fueron una consecuencia de desastres climáticos, como inundaciones en Estados Unidos, la sequía en Australia y olas de calor abrasador en Europa y Rusia. Los científicos vinculan algunos de estos acontecimientos con el calentamiento global provocado por los humanos.
Las temperaturas están aumentando rápidamente durante la temporada de cultivo en algunos de los países agrícolas más importantes, y una monografía reciente encontró que esto les había restado varios puntos porcentuales a las cosechas potenciales, lo que se sumaba a las fluctuaciones de precios.
Durante casi dos décadas, los científicos habían pronosticado que el cambio climático sería relativamente manejable para la agricultura, al sugerir que los precios probablemente no se duplicarían hasta el 2080.
En parte, supusieron que los crecientes niveles de dióxido de carbono, el principal culpable del calentamiento global, actuarían como un potente fertilizante y compensarían muchos de los efectos negativos del cambio climático.
Sin embargo, la desestabilización del sistema alimentario y el elevado aumento en los precios han cimbrado a muchos científicos.
"El éxito de la agricultura ha sido asombroso", dijo Cynthia Rosenzweig, investigadora en la NASA que fue pionera en el estudio del cambio climático y la agricultura. "Sin embargo, creo que empiezan a haber presagios de que eso podría no continuar para siempre".
Algunos investigadores que asesoran a los gobiernos sobre las perspectivas para cosechas futuras señalan a lo que ellos consideran que son lagunas enormes en los pronósticos computacionales. Entre ellas figura el no tomar en cuenta los efectos del clima extremo, que se incrementa al elevarse la temperatura del planeta.
La creciente inquietud sobre el futuro del suministro alimenticio del mundo quedó evidente durante entrevistas realizadas este año con más de 50 expertos agrícolas que trabajan en nueve países. Estos expertos señalan que, en las próximas décadas, los agricultores necesitan resistir los impactos climáticos al tiempo que duplican la cantidad de alimentos que producen para satisfacer la demanda. Y necesitan hacerlo mientras disminuyen el daño ambiental causado por la agricultura.
La situación está lejos de no tener remedio. Desde México hasta India, los agricultores muestran que puede ser posible hacer que la agricultura sea más productiva y resistente ante el cambio climático. Ya han logrado enormes avances en la producción en el pasado, y los precios en aumento son un incentivo poderoso para volver a hacerlo.
Sin embargo, se necesitan nuevas variedades de cosechas y nuevas técnicas, indicaron los científicos. Pese a la necesidad apremiante, añadieron, el financiamiento prometido ha tardado en materializarse, gran parte de la labor necesaria aún no ha comenzado y, una vez que lo haga, es probable que tarde décadas en rendir frutos.
"Simplemente hay una desconexión tan tremenda, donde la gente no comprende la situación altamente peligrosa en la que nos encontramos", afirmó Marianne Banziger, subdirectora del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), un importante instituto de investigación en México que es parte de una red mundial de centros que se enfocan en las principales cosechas del mundo: Hay otros en China, Colombia, Turquía, Georgia y Filipinas.

La tortillería Alma

Agricultores ven cambio en patrones

En el Valle del Yaqui en el desierto de Sonora, en el noroeste de México, agricultores dedicados al cultivo del trigo, como Francisco Javier Ramos Bours, creen que el cambio climático podría ser responsable de la escasez de agua.
"Todo el mundo habla de ello", dijo Ramos Bours.
En todos lados, los agricultores se enfrentan a la falta de agua, así como a inundaciones repentinas. Sus cultivos se ven afectados por plagas y enfermedades emergentes y por un calor sin precedentes.
Hace décadas, los agricultores de trigo del Valle del Yaqui estaban a la vanguardia de la Revolución Verde, que utilizó variedades mejoradas de cultivos y métodos agrícolas más intensivos para elevar la producción de alimentos en gran parte del mundo en desarrollo.
Norman E. Borlaug, agrónomo estadounidense, comenzó a trabajar en la región en los 40. Sus éxitos como productor ayudaron a sextuplicar la producción mexicana de trigo. En los 60, llevó su enfoque a India y Paquistán, donde se temía una hambruna masiva. También ahí se disparó la producción.


Otros países se unieron a la Revolución Verde y la producción de alimentos excedió al crecimiento poblacional durante la última mitad del siglo 20. En 1970, Borlaug se convirtió en el único agrónomo que ha ganado el Premio Nobel de la Paz.
En Oslo, sin embargo, emitió una advertencia severa. "Tal vez ahora surcamos una ola alta", dijo, pero la marea podría bajar pronto si nos dormimos en nuestros laureles".
Tal como pronosticó, los recortes en investigación y desarrollo agrícola comenzaron a hacerse sentir en el sistema alimentario del mundo hacia finales del siglo.
Ese cambio se dio justo al tiempo que la demanda de alimentos y de alimentación para animales comenzaba a adquirir impulso, gracias en parte a una mayor riqueza en Asia. Millones de personas agregaron carne y productos lácteos a sus dietas, cuya producción exigió granos. Una política de convertir gran parte de las cosechas estadounidenses de maíz en etanol contribuyó a la demanda.
Un clima errático, como una ola de calor en Europa, en el 2003, y una sequía prolongada en Australia, ambos sucesos posiblemente vinculados al cambio climático, redujeron la producción de trigo y arroz.
En el 2007-2008, debido a las pocas reservas de granos, los precios se duplicaron o triplicaron. Los países comenzaron a acumular alimentos y con ello llegaron las compras de pánico. Hubo disturbios por alimentos en más de 30 países.
Los agricultores respondieron al sembrar lo más posible y cosechas saludables en el 2008 y 2009 ayudaron a reabastecer las reservas. Ese factor, además de la recesión mundial, llevó a los precios a la baja en el 2009. Sin embargo, para el año pasado, más cosechas malogradas relacionadas con el clima hicieron que volvieran a dispararse. Este año, el suministro de arroz es adecuado, pero el mal clima amenaza a los cultivos de trigo y maíz en algunas zonas.
Los expertos temen que la era de los alimentos baratos pudiera haber terminado. "Nuestra mentalidad era de superávits", dijo Dan Glickman, ex Secretario de Agricultura de EU. "Eso ha cambiado de la noche a la mañana".
El reciente repunte de precios ha ayudado a provocar el mayor incremento en el hambre mundial en décadas. La Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO, por sus siglas en inglés), calculó que 925 millones de personas sufrieron hambre el año pasado y se anticipa que el número será más alto este año. El Banco Mundial señala que podría alcanzar los 940 millones.
Hans-Joachim Braun, actual director del CIMMYT, dijo que las ciudades prósperas estaban invadiendo los terrenos para la agricultura y competían con los agricultores por agua.
Los agricultores del Valle del Yaqui cultivan su trigo en un semidesierto. Su agua proviene de montañas cercanas a través de un acueducto, pero durante porciones de la última década, las precipitaciones cayeron por debajo de lo normal. Y el norte de México se encuentra dentro de un cinturón global que se anticipa que se volverá todavía más árido debido a los gases invernadero.
Braun encabeza esfuerzos para producir variedades nuevas de trigo que puedan soportar muchos tipos de estrés, lo que incluye falta de agua. Sin embargo, los presupuestos están muy reducidos. "Sino comenzamos ahora", afirmó, "vamos a estar en graves problemas".


Suposiciones derribadas

Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que depender de combustibles fósiles, con todo y sus problemas, ofrecería un beneficio enorme.
El dióxido de carbono, el principal gas liberado por la combustión, es también el combustible primordial para el crecimiento de las plantas. Al usar la energía de la luz solar, convierten el carbono del aire en compuestos llenos de energía, como glucosa. Todas las formas de vida funcionan con estos compuestos.
Los humanos ya han elevado el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera en un 40 por ciento desde la Revolución Industrial, y se encaminan a duplicarlo o triplicarlo en este siglo. Varios estudios han sugerido desde hace tiempo que el gas adicional significaría una sobrecarga de energía para los cultivos mundiales de alimentos. .
Sin embargo, muchos de esos estudios se realizaron en condiciones artificiales. Durante la última década, científicos en la Universidad de Illinois han puesto el "efecto fertilizante del C02" a prueba en la vida real.
Sembraron soya en un campo de cultivo y luego rociaron dióxido de carbono adicional de un tanque gigantesco. Su esperanza era que el gas pudiera elevar la producción hasta en un 30 por ciento.
Sin embargo, a la hora de la cosecha, el aumento fue sólo la mitad de eso. Sus pruebas con maíz, el cultivo de más valor en EU y la base de su producción de carne y su industria de biocombustibles, rindieron resultados incluso peores. No hubo aumento.
Su labor y la de otros sugiere que el dióxido de carbono extra sí actúa como fertilizante, pero que los beneficios son probablemente menores de lo necesario para evitar una escasez de alimentos.
Otras evidencias recientes sugieren que las suposiciones de mucho tiempo sobre la producción alimentaria en un planeta que aumenta de temperatura podrían haber sido demasiado optimistas.
Dos economistas, Wolfram Schlenker, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, y Milchael J. Roberts, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han comparado el rendimiento de cultivos y la variabilidad natural de la temperatura a una escala detallada. Su labor muestra que cuando los cultivos son sometidos a temperaturas superiores a cierto umbral -aproximadamente 29 grados centígrados para el maíz y 30 para la soya- la producción cae drásticamente.
Esto sugiere que en algunos climas, con más días abrasadores, la producción de algunos cultivos podría caer en hasta un 30 por ciento o más.
Oxfam, el grupo de ayuda internacional, proyectó hace poco que los precios de los alimentos aumentarían a más del doble para 12030, y que el cambio climático sería responsable por, quizás, la mitad del incremento.

Una familia carga salvado de arroz en Samhauta.

Necesidad de efectivo y convicción

En junio, en la remota aldea de Samhauta, en India, el campesino Anand Kumar Singh plantó una variedad nueva de arroz. El 23 de agosto, una severa inundación anegó su campo de cultivo durante 10 días. En el pasado, una inundación de ese tipo habría destruido sus cultivos. Mas la nueva variedad produjo una cosecha robusta.
"Eso fue un milagro", dijo Singh.
El milagro ilustró qué tan lejos podrían llegar los científicos para ayudar a los agricultores a adaptarse, pero algunos investigadores destacados no están tan seguros de que se pueda hacer que los cultivos resistan el calor abrasador, aunque la ingeniería genética podría triunfar con el tiempo.
Se necesitaron décadas de trabajo para mejorar la nueva variedad de arroz, y faltaba dinero; la distribución a los agricultores no estaba garantizada. Entonces, la Fundación Bill & Melinda Gates intervino con una subvención de 20 millones de dólares para financiar el desarrollo final y la distribución del arroz en India y otros países. Podría llegar a manos de un millón de agricultores este año.
La Fundación Gates ha otorgado 1.7 mil millones de dólares para proyectos agrícolas desde el 2006, pero los gobiernos se dan cuenta de que se necesita un mayor esfuerzo de su parte.
En el 2008 y 2009, en medio de las crisis detonadas por los precios de los alimentos, los gobiernos del mundo competían unos con otros por superar sus ofertas de apoyo. En una conferencia, en L'Aquila, Italia, se comprometieron con alrededor de 22 mil millones de dólares. Sin embargo, el financiamiento no se ha materializado del todo.
El Presidente Barack Obama prometió 3.5 mil millones de dólares en L'Aquila, más que cualquier otro país, y EU ha puesto en marcha una iniciativa para apoyar el desarrollo agrícola en 20 de los países más necesitados.
Sin embargo, en medio de los problemas de presupuesto en Washington, la Administración ha recibido 1.9 mil millones del Congreso: Quizás la señal más esperanzadora es que los mismos países pobres han comenzado a invertir seriamente en agricultura, contrario a lo que hicieron durante los años en que los alimentos eran baratos.
La ONU proyectó recientemente que la población mundial llegaría a los 10 mil millones de habitantes para finales de siglo, 3 mil millones más que hoy en día. Las proyecciones significan que podría ser necesario duplicar la producción de alimentos en el transcurso del siglo.
A diferencia del pasado, esa demanda debe satisfacerse de algún modo en un planeta en el que hay poca nueva tierra de cultivo disponible, donde el suministro de agua se reduce, la temperatura aumenta, el clima se ha vuelto errático y el sistema alimentario muestra graves señales de inestabilidad.
"Hemos duplicado la producción mundial de alimentos varias veces antes en la historia y ahora tenemos que hacerla una vez más", señaló Jonathan A. Foley, investigador en la Universidad de Minnesota. "La última duplicación es la más difícil. Es factible, pero no va a ser sencillo".

Presa seca por falta de agua, en México

Harí Kumar contribuyó con reportes desde Samhauta, India

REFLEXIONES PARA UNA REFORMA PROFUNDA DE LA EDUCACIÓN, DESDE UN ENFOQUE BASADO EN LA COMPLEJIDAD, LA UNIVERSALIDAD Y LA CONCIENCIA

Herrán A. de la (2011)
Educación XXI (14) 246-264

ISSN-1139-613X

RESUMEN
Este artículo intenta expresar un sistema organizado de reflexiones con base en la complejidad, la universalidad y la conciencia, con la idea de servir de debate a la comunidad científica pedagógica para una reforma profunda de la educación.

Leer artículo completo

http://www.uned.es/educacionXX1/pdfs/14-01-11.pdf

Tapa basura ríos… ¡pero nadie limpia!

>Destacan expertos descoordinación en el cuidado de cuerpos de agua.

Yadira Cruz, Iván Sosa y Eduardo Sierra
Reforma, México, 29 de junio de 2011

El uso de canales de aguas negras como tiraderos de basura es parte de una cadena de errores causante de inundaciones, que una y otra vez se presentan, como el desbordamiento del Dren  Xocchiaca sobre la Colonia El Sol, en Nezahualcóyotl, sin que los Gobiernos municipal, local o federal tomen medidas para impedido, expusieron especialistas.

"Se establecen asentamientos irregulares en las márgenes de los canales de aguas negras, se extraen cantidades excesivas de agua del suelo, lo que aumenta el nivel de riesgo, pero además tenemos la cultura de usar las riberas y los cuerpos de agua como depósitos de basura, que obstruyen el flujo", dijo el investigador del Instituto de Geología de la UNAM Sergio Palacios.

Utilizar los ductos por donde el valle de México desaloja los caudales del drenaje y las aguas pluviales es una práctica común, admitida por las autoridades, agrego el director del Consejo Consultivo del Agua, Eduardo Vázquez.
"Es un problema terrible de consecuencias funestas como vemos ahora, una clara responsabilidad municipal y también de las autoridades federales por permitirlo", planteó el especialista.
El Dren Xochiaca corre al lado del Río Churubusco, canales por los cuales el Distrito Federal y el Estado de México desalojan las aguas residuales hacia Hidalgo, a través de la planta de bombeo Lago, situada en la Alameda Oriente, en el límite con el aeropuerto.
El año pasado, además de la Colonia El Sol se inundó El Arenal debido a que la infraestructura fue rebasada ante las fuertes lluvias.
Voceros de Nezahualcóyotl comentaron que desde el jueves reportaron a la Comisión Nacional del Agua el aumento en el nivel del Dren Xochiaca, lo que fue desatendido hasta que el lunes por la madrugada ocurrió el desbordamiento a la altura de la calle 40 y la avenida Salvador Allende.
Rechazaron que sea un problema de basura, porque los tiraderos Neza 3 y 4 se encuentran después de la zona inundada y en todo caso se trata de desechos generados por el relleno sanitario del DF, el Bordo Poniente, ubicado frente al Dren Xochiaca.

El director de la Conagua, José Luis Luege, reportó anoche que la inundación fue superada, rechazó que las compuertas del Dren General del valle estuvieran cerradas y mostró imágenes de cómo esas compuertas dejaron de operar por un tapón formado por toneladas de basura acumulada sobre el canal de aguas negras.
En entrevista radiofónica, Luege urgió al Secretario de Gobernación a convocar a una reunión con autoridades del Edomex para tratar el tema.

La transformación de los paradigmas científicos en los movimientos de transición

—Parte I—

Autor: Jontxu Ortega.
Fuente: Séptima edición del Curso de Maternidad de Jaca (Maternidad, ciudadanía y cuidadanía), julio de 2010.

1. Tejido social en transición

No dispongo de datos estadísticos, tiempo o herramientas para justificar, a la usanza académica, lo que voy a describir en esta sección. Puede tomarse, simplemente, como testimonio personal de la evolución que, desde mi experiencia en varios intentos de trabajo colectivo en torno a la autogestión sostenible de la salud y nuestra relación con el entorno (Escola Telar de Lunas, Barrio Orgánico, o la Escuela Libre de Permacultura en Los Albaricoqueros[1]) he observado a lo largo de los dos últimos años en torno a lo que muchos consideramos un fenómeno social emergente.
Entre los días 1 y 4 de abril de 2010 se celebró en Ruesta, a 50 kilómetros de Jaca, un encuentro bajo el nombre “Redes en red: Tejiendo Alternativas” con el objetivo de facilitar la interconectividad y la retroalimentación entre las diferentes redes, colectivos, y espacios que a lo largo y ancho de la península trabajan por generar alternativas a un sistema socioeconómico mundial en crisis, o más bien a la crisis en sí misma que representa dicho sistema. Una percepción compartida entre muchos de los que participamos es que se confirmó, con más claridad que nunca antes, una realidad que muchos veíamos observando ya a nivel regional: ciertos cambios notables en la cualidad de los movimientos y trabajos colectivos que de un modo u otro afrontan las diversas crisis humanitarias y ecológicas del mundo contemporáneo. Estos son algunos de ellos:
Convergencia: hasta ahora las iniciativas provenían de movimientos sociales, políticos, espirituales, ecologistas, o centrados en la salud, que a su vez se dividían en una gran plétora de escuelas y tendencias. Salvo notables simbiosis y colaboraciones, primaban la divergencia y la total desconexión entre la mayoría de ellas. Sin embargo ahora la tendencia parece haberse invertido hacia una creciente voluntad de apertura, interconexión, y sinergia de esfuerzos y energías. Se dan claros síntomas de un progresivo desapego a rígidas estructuras mentales o ideológicas que obstaculizaban la comunicación y capacidad de retroalimentación entre diferentes círculos; un movimiento del discurso polarizante “nosotros-ellos” a un discurso integrador en compromiso por la sanación de las relaciones humanas y de nuestra relación con la naturaleza.
La idea de transición: desde muy diferentes ámbitos se está convergiendo también hacia la idea de que algo muy poderoso está sucediendo; algo que cada uno interpreta a su manera, pero a la vez sentimos que está sincronizándonos a la hora de llevar a cabo nuestros movimientos. He escogido aquí la palabra transición, que resuena cada vez más en espacios como el encuentro de Ruesta, porque de alguna manera evoca ese espíritu: el de un nuevo tejido social que se aventura a iniciar un cambio profundo en todas las facetas de la vida social y personal.
Parte de ese cambio se manifiesta por un renovado interés por crear una vida más comunitaria y compartida, concebida como solución integral para una economía de sostenibilidad y abundancia, mayor salud, reconexión con la naturaleza, crianza más fácil y armoniosa, libertad de movimiento, independencia de la absorbente inercia del sistema, mayor campo de posibilidades vitales, y mucho más. Y cada vez más, desde la consciencia del enorme desafío que supone la transformación interna necesaria para transitar del individuo moderno a la comunidad sostenible (Escorihuela, 2008).
Descentralización y funcionamiento en red. Desde una perspectiva amplia, cualquier sistema puede ser definido como una red de relaciones: la sociedad, el planeta, etc. La diferencia quizás que encontramos en este nuevo tejido social en transición es que funciona desde la consciencia de ser una red. una auténtica red humana, conformada a su vez por redes, subredes, colectivos, grupos y personas de la más pura diversidad, creciendo en progresión exponencial en cuanto a la densidad y actividad de sus conexiones internas, y catalizando la transformación de nuestras relaciones ecológicas, económicas, sociales y personales. Sobre el terreno, el asociacionismo y el partidismo clásicos, con una estructura más cerrada y más orientada hacia el crecimiento como entidad social concreta, están progresivamente evolucionando hacia la creación de herramientas de interconexión más horizontal para el funcionamiento en red.
No puede dejar de mencionarse aquí el papel fundamental que ha jugado Internet en este proceso. Por un lado, como modelo de red descentralizada y enormemente sólida, que ha generado propiedades emergentes (probablemente no previstas por quienes participaron en su creación), en el movimiento de la información, la energía, y la materia en este planeta. Por otro, a través de la propia acción de estas propiedades. Por primera vez en la sociedad humana globalizada, está funcionando un verdadero medio de comunicación masivo, en tanto que canal de intercambio descentralizado y multidireccional. La existencia de este canal está facilitando la interconexión y la nutrición mutua entre los colectivos y movimientos que en el plano no virtual funcionan realmente como una red; ventaja que está mucho más limitada entre entidades de carácter menos integrativo, como las basadas en el crecimiento económico individual o corporativo, el partidismo, etc.
Producción activa de alternativas: entre colectivos relacionados con el activismo social o político se está dando el paso de la crítica y la confrontación a la generación de alternativas reales; y así, el paso también de la sensación de impotencia a la de co-creación activa de la realidad. Esto se refleja claramente en el slogan del grupo Podem! de Cataluña, que fue uno de los principales promotores del encuentro de Ruesta: “Seamos el cambio que queremos”.
En este camino, se han encontrado con grupos más orientados hacia la recuperación de la salud y el despertar de la consciencia, que desde diferentes caminos sienten también la necesidad de crear este tipo de alternativas en este momento histórico.
Generación espontánea. Esta red no ha sido inventada ni diseñada por nadie, sino que se está creando a sí misma igual que lo hace un organismo. Su naturaleza y ámbito de actuación van mucho más allá del concepto mental que nos podamos hacer de ella. De hecho, seguramente puede comprenderse sólo dentro del contexto de un fenómeno más amplio, de una gran oleada de cambio y transformación profunda de la consciencia que está teniendo lugar simultáneamente en los lugares más diversos. Lógicamente, el ritmo de este cambio y la percepción del mismo varía enormemente entre el creciente número de personas y espacios a los que está afectando.
Compensación entre trabajo interno y trabajo externo: ambas preocupaciones han estado durante mucho tiempo predominantemente separadas. Personas y colectivos que apostaban por la acción social, y las que lo hacían por la sanación interna. Sin embargo ahora, desde la intuición generalizada de que nos acercamos a un punto crítico como especie en este planeta, estamos sintiendo las dos como necesidades indesligables. Y es que la transformación efectiva de nuestras relaciones materiales y sociales de una manera efectiva pasa por asumir que cargamos con una estructura psíquica disfuncional —comúnmente llamada “ego”— que absorbe la mayor parte de nuestra energía y restringe nuestra capacidad de movimiento. Poco a poco vamos dándonos cuenta de que necesitamos sanar para ser libres, y a la vez transformar nuestra relación con el entorno para poder sanar.
En definitiva, por resumir el contexto desde el que se expresa el presente trabajo, mi valoración es que cada vez más personas nos encontramos ante un salto cualitativo que pasa por nuestras vidas como un torbellino. De pronto tenemos que aprender a funcionar de otra manera, como no lo habíamos hecho nunca antes, y esto nos obliga a alinearnos, a trabajarnos, a evolucionar. Y en este proceso, la caída de paradigmas y puntos de enfoque que nos mantenían estancados se sucede en cascada. Puntos de enfoque condicionados por nuestra herencia cultural acerca del modo de abordar y pensar en la naturaleza de las cosas.

2. El cambio de paradigma científico

No se puede resolver un problema con la misma mentalidad que lo creó.
Dr. Wayne W. Dyer

Si erradicamos la falsa concepción de la naturaleza, creo que desapareceran las raíces del
desorden mundial.
Masanobu Fukuoka

La forma predominante en que la sociedad contemporánea percibe y piensa la realidad en que vive (lo que en jerga filosófica se denomina “Weltanschaung”) no se diferencia en su estructura de las grandes doctrinas religiosas que durante siglos dominaron Europa, en el sentido de que se basa en un conjunto de creencias muy profundamente arraigadas, desvinculadas de un proceso vivencial de aprendizaje. Por explicarlo gráficamente, estamos programados para interpretar el mundo que nos rodea por un software que hemos ido recibiendo de nuestro entorno desde las primeras fases de nuestro desarrollo como personas, y que ha seguido actualizándose con el paso de los años. Repasemos algunas de sus características estructurales, tal y como se expusieron en el curso de Jaca de 2009:
Reduccionismo: tanto en la ciencia como en la planificación social, el reduccionismo está relacionado a la búsqueda de una ilusoria sensación de control. La forma de tener algo bajo control es limitando al máximo su campo de posibilidades de interacción, y esa es precisamente la manera reduccionista de abordar un análisis: se aísla el objeto de estudio de su contexto con el fin de reducirlo a variables cuantitativas medibles y manipulables. En ciencia, se denomina a esto “crear condiciones de laboratorio”.
El conocimiento académico que detenta la autoridad magnifica una metodología basada en el análisis aislado de las partes de un conjunto, hasta ámbitos que van mucho más allá de su utilidad real. El resultado es una perenne tendencia a la búsqueda de la causalidad unidireccional, y a la interpretación de todo sistema reduciendo al mínimo el número de interacciones significativas, tanto internas como externas.
Esta tendencia se manifiesta no sólo en el plano abstracto del conocimiento, sino en la práctica y la toma de decisiones diaria en todos los planos de la vida social y personal. En muchos casos, en lugar de trabajar sobre el contexto en que surge un conflicto, se busca identificar un “ente culpable” aislado y combatirlo. En otros, directamente se dirigen los esfuerzos a contrarrestar superficialmente síntomas considerados “no deseables” sin considerar el efecto de las intervenciones en el contexto donde tienen lugar. Esta descontextualización de los fenómenos ha llevado a situaciones trágicamente degenerativas en ámbitos como la salud pública, la agroindustria, la educación, o, como viene exponiéndose ya siete años en los Cursos de Verano de Jaca, el nacimiento y la salud primal.
Mecanicismo: la fe ciega en universo muerto cuyos componentes se accionan y se comportan del mismo modo que los elementos de una máquina, está instalada en cimientos muy profundos e inconscientes de la psique moderna. Esta cosmovisión facilita el asumir para nosotros mismos y las realidades con las que interactuamos un comportamiento semejante al de las máquinas: programación, rigidez, dependencia de mantenimiento e insumos externos, ausencia de autorregulación e integración ecológica, reactividad inconsciente, evolución degenerativa etc. (Figura 1).
Además el mecanicismo despoja a la vida de sus más fabulosas propiedades, nos hace vivir en la ignorancia de sus cualidades más fundamentales y de las verdaderas fuerzas nutricias de nuestro mundo [2], perpetúa la inconsciencia de la naturaleza agresora o invasiva de muchos de nuestros hábitos, y bloquea en gran medida nuestra sensibilidad o empatía hacia otros seres.
Racionalismo: la capacidad intuitiva de la mente humana, que juega un papel fundamental en la elaboración y el ordenamiento de aquello que denominamos “conocimiento”, está en gran medida atrofiada en la psique contemporánea común, debido a la aculturización que recibimos del medio en que crecemos, la falta de contacto con el mundo natural, y el arduo proceso de aprendizaje por el que pasamos en nuestro sistema de enseñanza, donde los impulsos intuitivos se acallan sistemáticamente en detrimento de la transmisión unilateral de información mental. Pero volveremos más adelante a la cuestión de la naturaleza de la intuición (o lo que Guénon llamaba “capacidades suprarracionales de la mente”).
El racionalismo es síntoma de una desmedida identificación con el contenido de nuestros pensamientos, de forma que derivamos de ellos -y el mundo conceptual que generan- nuestro sentido del yo. Esta identificación va de la mano con una sensación de separación con el entorno que nos rodea, que está en la base de todas las disfunciones psíquicas (Tolle, 2001). La identificación con los pensamientos que describe Tolle genera una gran resistencia inconsciente al cambio de su contenido, y se manifiesta así como el más poderoso generador de sesgos en nuestro discurso y nuestra interpretación del mundo que nos rodea, y uno de los mayores obstáculos al cambio evolutivo.
Fundamentalismo: reconocido o no, los occidentales modernos tenemos un aplastante complejo de superioridad sobre las demás culturas, que puede operar de forma consciente o inconsciente. Partimos de la creencia en que nuestra forma de pensar es sencillamente la más lógica y evolucionada. En el entorno donde nos movemos, se asume que sólo existe una manera de aproximarse a los fenómenos naturales que pueda denominase “Ciencia”, relegando otros sistemas de conocimiento que no comprendemos a la categoría de supersticiones.
Pero no se trata únicamente de una separación radical de las demás culturas, sino también de nuestras propias raíces ancestrales, de la diversidad conocimientos y acervos culturales que existían en nuestro continente antes de ser violentamente eliminados (Eihenreich, 1988. Shiva, 1987). El resultado de esta pérdida de diversidad es la centralización de un poder que establece, ante la opinión pública, lo que es verdad y lo que es mentira. En su día detentado por la jerarquía eclesiástica, hoy es sin duda patrimonio de la jerarquía científica.



Figura 1

 

Conocimiento académico y conocimiento libre

 

Aunque las líneas expuestas más arriba han conservado una hegemonía aplastante en la ciencia desde la Revolución Industrial hasta nuestros días, evidentemente siempre han existido escuelas y tendencias de muy diferente naturaleza, a las que denominaremos aquí “holísticas”. Algunas comenzaron a desarrollarse dentro del ámbito académico oficial, donde a menudo se han quedado estancadas en sus primeras fases de desarrollo, o bien han necesitado trasladarse al espacio extraacadémico para madurar, y como regla general nunca trascienden a nivel mediático o siquiera a nivel de consenso dentro de la comunidad científica institucionalizada. Claros síntomas de la existencia de poderosas fuerzas por las que el paradigma se perpetúa a sí mismo, las cuales serán revisadas más adelante.
Mientras estos enfoques holísticos permanecen en la marginalidad académica y son rutinariamente ignorados en las publicaciones denominadas “de impacto” (que constituyen la máxima autoridad en la comunidad científica), en el espacio extraacadémico crecen, prosperan, y se nutren entre sí a un ritmo creciente, coexistiendo en un vasto campo de diversidad científica y metodológica. Oficialmente, todos estos sistemas son situados dentro de un rango que va desde la “curiosidad de salón” hasta la “pura superstición”, pasando por términos como paraciencia o pseudociencia. Esta clasificación no guarda ninguna relación con la definición de la palabra ciencia[3], sino con lo ajeno que sea el sistema en cuestión a la metodología reduccionista hegemónica (o, en muchos casos, con lo lejos que lleguen sus representantes en el proceso de asumir las consecuencias de sus hallazgos). Siguiendo este principio fundamentalista, se descartan como ciencia gran cantidad de sistemas a pesar de cumplir con los tres axiomas de la definición de la R.A.E. (base empírica, estructura ordenada, y principios generales), y se aceptan otros despojándolos de sus implicaciones más esenciales, relegándolos así al nivel de poco más que curiosidades eruditas, o, según el caso, restringiendo su valor al de alguna aplicación práctica que circunstancialmente tenga interés para la industria.
Muchos de estos sistemas son contemporáneos (entendiendo por contemporáneo desde la revolución industrial hasta hoy), y otros en cambio se han ido desarrollando a través de una línea intergeneracional interrumpida a lo largo de siglos e incluso milenios. Denominamos a los segundos Ciencias Tradicionales, y la mayoría proceden de Asia ya que en Europa las líneas de transmisión intergeneracional fueron cortadas tras siglos de dura represión por parte de la Iglesia Católica. Por último, en África, América, y Australia, donde el genocidio en la historia reciente ha sido particularmente virulento, han sobrevivido también algunas de estas líneas de tradición.

 

Pensamiento sistémico

 

Como se ha podido comprobar reiteradamente, se da una sorprendente convergencia entre las escuelas holísticas contemporáneas y las ciencias tradicionales, si bien las segundas suelen estar más desarrolladas a nivel estructural, es decir, en el ámbito de principios generales que pueden aplicarse transversalmente a todas las áreas de la vida. También se han propuesto, no obstante, algunos intentos de paradigmas estructurales de este tipo en la Edad Contemporánea. Uno de los más significativos fue la Teoría General de Sistemas del biólogo y filósofo Ludwing Von Bertanlaffy.
Desarrollado en los años 20 y 30, al mismo tiempo que las líneas maestras de la biología reduccionista que finalmente se impuso en la comunidad científica, se trataba de un auténtico modelo estructural aplicable a cualquier ciencia o campo de conocimiento. Partió de la observación de la ineficacia que mostraba el denominado “método científico”, basado en un reduccionismo intrínseco, para abordar problemas complejos. Esto, argumentaba, se debe a que el número de variables interactuantes es mayor del que el científico puede controlar, aún sin tener en cuenta la posibilidad de que factores desconocidos influyan en las observaciones. Por tanto, concluía, los modelos cuantitativos son extremadamente vulnerables.
La TGM trata cualquier objeto de estudio desde la noción de sistema, como conjunto de elementos dinámicos manteniendo su integridad por mutuas interacciones, y donde lo importante no es la naturaleza de sus elementos sino las relaciones entre ellos. Von Bertanlaffy fue muy crítico con la “metáfora de la máquina”, y propuso explicar los organismos en términos de sistemas, denominando a este enfoque “Biología Organísmica”[4].
Las ideas de Bertanlaffy germinaron en gran parte tras su muerte. En los años 70, el profesor de la Universidad de Tasmania Bill Mollison y su estudiante David Holmgren desarrollaron un modelo estructural para un estilo de vida sostenible al que bautizaron “permacultura”. Mollison reconocería más tarde que se trata básicamente de la aplicación práctica de la Sistémica de Von Bertanlaffy a la interacción del ser humano con su entorno. Hoy en día, miles de personas en todo el mundo aplican los principios permaculturales para la horticultura, gestión ambiental, y generación de infraestructuras para una vida sostenible. Mollison abandonó la universidad en 1979 para dedicarse a profundizar en la práctica permacultural.
Otra aplicación relevante la encontramos en el modelo teórico de genética y evolución orgánica “Integración de Sistemas Complejos” (Sandín, 2010) propuesto por su autor en el contexto de la Teoría General de Sistemas. Aquí la información genética se interpreta desde la genuina noción de sistema, como una compleja red de interacciones integradas, en contraposición a la causalidad unidireccional de la biología molecular sobre la que se fundamentan las modernas líneas de investigación y tecnología agroindustrial y farmacéutica (volveremos a esto más adelante).

 

El paradigma de la organicidad

 

En mi ponencia del curso de Jaca de 2009 “Maternidad y ecología” (Ortega, 2009), propuse este enfoque estructural con el propósito de atraer nuestra atención a ciertos aspectos clave sobre los que convergen explícita o implícitamente ciencias holísticas contemporáneas y tradicionales: la autorregulación, la integración orgánica, el valor de la diversidad, y la fenomenología sutil. Escogí la palabra organicidad debido a que se trata de aspectos de la fenomenología natural que trascienden el universo conceptual y el campo perceptivo de la visión mecanicista del mundo.
Son además conceptos estructurales que pueden aplicarse a cualquier área de la vida (ver, por ejemplo, Figura 1). La autorregulación es un concepto de gran utilidad para clarificar nuestra percepción acerca de la naturaleza de la salud y la enfermedad (Reich, 1985. Hamer, 2006), la vida orgánica (Maturana, 1984. Rodrigáñez, 2002.), el cuidado de nuestra relación con el entorno natural en la habitabilidad y la producción primaria (Fukuoka, 1999. Mollison, 1994), la salud primal y el desarrollo ontogénico (Reich, 1985. Rodrigáñez, 2007. Blázquez, 2010), o nuestra relación con la infancia (Appleton, 2000).
El concepto de “Integración orgánica” da una vuelta de tuerca más. Podemos decir que es el enfoque sistémico de la autorregulación, en el sentido de que hace referencia a las relaciones mutuas entre los elementos que conforman un sistema como generadoras de la integridad del mismo. Particularmente útil resultó el enfoque sistémico de la toxicidad, mediante el cual un tóxico o contaminante no se define por su propia naturaleza, sino por su relación con el sistema en que se aloja (Figura 2).
Al definirlas como elementos no integrados orgánicamente en el medio, estamos trasladando nuestra atención hacia el entramado de relaciones que integran un sistema compensando la inercia termodinámica (ver más abajo) a la disolución del mismo. Esto facilita la comprensión de por qué en nuestros días la práctica experimental científica y el desarrollo tecnológico generan toxicidad. Se interactúa con los sistemas naturales bien ignorando o bien obviando la compleja red de relaciones que les dan su integridad y conforman su evolución a largo plazo. Esta ignorancia, unida al empleo de poderosas tecnologías de intervención, hace inevitable la introducción de elementos (comenzando por el propio observador) no integrados orgánicamente en el sistema.
Se trata además de un concepto estructural, que al aplicarse transversalmente a las diferentes dimensiones de la realidad (toxina química, física, psíquica, emocional…) facilita una comprensión intuitiva más global de la realidad que se observa.
Paralelamente, el trabajo me llevó a explorar los límites de la termodinámica clásica, que se elaboró estudiando las máquinas de la revolución industrial y describe la concepción mecanicista del universo. Un universo que se concibe con un comportamiento degenerativo, gobernado al igual que las máquinas por una tendencia constante al aumento de la entropía y el consumo del potencial energético. Significativamente, ese ha sido el comportamiento también de nuestra sociedad capitalista, colonialista, e industrial.
A través de la lectura de la biofísica Mae-Wan Ho, y de mi propia práctica de Chi-Quong, pude conocer que el taoísmo contiene su propia visión de la termodinámica, donde, expresándolo en terminología moderna, la tendencia a generar gradientes (disminuir la entropía creando un potencial energético) y la tendencia a deshacerlos (que equivaldría a la segunda ley que se describe en la termodinámica clásica) se complementan y suceden la una a la otra de forma espontánea y natural. Inspirada en el taoísmo, Ho recoge el trabajo de muchos investigadores apuntando, a través del desarrollo de la ecuación de Schrodinger, a un cambio de enfoque que trasciende la visión mecanicista de la termodinámica. No pude dejar de notar como la termodinámica taoísta y neotaoísta coincidían plenamente con la orgonomía reichiana, basada en las fases de contracción-acumulación y expansión-liberación de la energía, y que fue descubierta a raíz del estudio científico de la sexualidad (Reich, 1995). Nuevamente ciencias holísticas contemporáneas y tradicionales convergían de manera exquisita.
Según Ho, los estados de entropía y neguentropía[5] no son términos absolutos, sino que dependen de la escala y el sistema que se esté considerando. Así, volviendo a la noción sistémica, entendemos la integridad de un sistema orgánico como neguentropía, y la disolución del mismo como entropía. Toxinas serían los elementos que se están relacionando de tal manera con el sistema que no participan de las relaciones de integración, sino que generan entropía consumiendo parcialmente su potencial energético.

 

¿Y qué ocurre con la física cuántica?

 

Los hallazgos con los que, a principios del siglo XX, se toparon Pauli, Schrödinger, Heisenberg, o Bohr, realmente abrieron la puerta al más definitivo de los cambios en el paradigma científico. Las partículas más pequeñas de la materia ni son materia ni tienen una naturaleza definida, sino que cambian en función de si son observadas o no. Además, no existen por sí mismas sino únicamente en relación con las demás. Pueden ser dos cosas a la vez, estar en dos sitios a la vez, estar y no estar alternativamente, o mantener el contacto simultáneamente entre sí aunque se las separe más allá del radio de acción de todas las fuerzas descritas por la física clásica. Y en medio de todo este campo de posibilidades, nuestra observación es un elemento activo de primer orden. La naturaleza que fue vislumbrada en este mundo cuántico abre el paso, para quien se atreva a acercarse, a una ruptura radical con la forma de pensar y percibir el mundo en que vivimos y nuestra relación con él. A la superación definitiva, al menos a nivel teórico, del marco perceptivo que conforman el reduccionismo, el mecanicismo, y el racionalismo. A la reconciliación, también, con las Ciencias Tradicionales y aquello que denominamos “pensamiento primitivo”.
Sin embargo, una vez más, en el ámbito oficial esta nueva ciencia se estancó en una fase temprana de su desarrollo, antes de alcanzar una verdadera teoría unificada y coherente. Como explica Lynne McTaggart:
Bohr y sus colegas sólo llegaron hasta cierto punto en sus experimentos y comprensión. Habían realizado sus experimentos para demostrar los efectos cuánticos en el laboratorio, con partículas subatómicas no vivientes. A partir de ahí, los científicos que siguieron su estela asumieron de manera natural que este extraño mundo cuántico sólo existía en el mundo de la materia muerta. Las cosas vivas seguían operando según las leyes de Newton y Descartes, una visión que ha informado a toda la medicina moderna y la biología.
Por supuesto, la física cuántica continuó desarrollándose en el fértil espacio fronterizo con la extraoficialidad. Actualmente está madurando una teoría unificadora conocida como “campo cuántico cero”, que considera al vacío como un inmenso océano de vibraciones sutiles, un poderoso campo de energía que une a todas las cosas entre sí, hecho de una sustancia tan fina como la que conforma la consciencia humana. Matemáticamente (PutHoff, 1990), este modelo explica fenómenos tan misteriosos como la gravitación universal (para la que la física oficial jamás ha encontrado una explicación más allá del “porque sí”) o las energías sutiles que describen, entre muchas otras, la física reichiana (orgón), el taoísmo (chi), o las ciencias yóguicas (prana).



Figura 2

 

La resistencia al cambio

 

La poderosa resistencia al cambio que presenta el discurso científico y político, tal y como se expresa en los medios de comunicación, libros de texto, y publicaciones especializadas entre otros, se debe a fuerzas que considero enteramente inerciales. Estas son algunas de las más significativas:

  • La resistencia personal. Por el proceso anteriormente descrito de identificación con el contenido de los pensamientos, que suele ser mayor cuanto más tiempo llevan asentados en la psique, las personas tendemos a manipular inconscientemente la información en forma compensatoria para preservar dichos contenidos. Incluso las acciones aparentemente conscientes de determinadas personas por perpetuarlos anteponiendo, por ejemplo, intereses económicos a la verdad, son actos reactivos, gobernados indirectamente por compensaciones similares en contenidos asociados (por ejemplo, la identificación con una situación de poder económico).
  • La inercia económica. Cantidades multimillonarias de dinero, con todo lo que ello mueve en términos de materia, energía, y vidas humanas, se han puesto en movimiento por obra de ideas asociadas a estos discursos. Cuando están en juego cantidades de este tipo, la industria correspondiente pone en movimiento despliegues conocidos como “lobbies” (Jara, 2007) que han demostrado tener un enorme poder sobre la opinión pública, las decisiones políticas, y el sector profesional.
  • La centralización de la jerarquía científica, que determina los artículos que se publican en las principales revistas de alto impacto. La aplicación de rutinas que generan un sesgo sistemático en los hallazgos, interpretaciones, y resultados experimentales que se aceptan como válidos.
  • El aislamiento entre los diferentes sectores especializados de la investigación. La descompensación radical entre los esfuerzos dedicados a la investigación hiperespecializada, por un lado, y la comunicación y valoración interdisciplinar de los resultados por otro.
  • La relación de competencia y lucha por conservar el prestigio o el poder en que viven muchos investigadores.
  • La situación, cada vez más asumida, de que la investigación esté al servicio de intereses económicos.

Apéndice: un ejemplo de la aplicación real de las nociones sistémicas/organísmicas en una materia que hoy en día nos afecta a todos.

 

¿Por qué la llamada “ingeniería genética” no facilita ni mejora la producción de alimentos?

 

Durante los años 80 y 90 la propaganda mediática vendió que los secretos más íntimos de la vida habían sido descubiertos, por haberse descifrado el “código genético”. Se conocía la forma en la que los seres vivos almacenan y procesan la información que les permite construirse a sí mismos, por lo que la industria podría en un futuro cercano diseñar organismos a su antojo. En cierto momento se llegó a hablar de la posibilidad de crear frutas y verduras gigantes para acabar con el hambre en el mundo, o árboles de tronco rectangular para facilitar la obtención de material de construcción. Toda una nueva creación de formas orgánicas se abría aparentemente ante nosotros, al servicio de la industria y la sociedad de consumo. A los más ingenuos, incluso, casi llegaron a convencernos de que podían devolver los dinosaurios a la vida.
Y no sólo nos convencieron a nosotros, sino a miles de inversores de bolsa. Un nuevo gigante económico y tecnoindustrial había sido creado, con toda la fuerza inercial de cantidades de dinero superiores a las del Producto Interior Bruto de los países que llaman “en vías de desarrollo”.
Sin embargo, pasados los años, las aplicaciones prácticas de estas nuevas tecnologías han demostrado ser muy limitadas. Principalmente se emplean para generar variedades de cultivo industrial resistentes a herbicidas y pesticidas de alta toxicidad, o, en el caso del maíz Bt, plantas que incorporan la producción metabólica del pesticida. Así, el discurso en su defensa se orienta actualmente en torno a supuestas mejoras en el rendimiento de la producción agrícola.
Sin embargo no han facilitado económicamente ni a agricultores ni a consumidores, y las consecuencias en cuanto a gestión ambiental han sido desastrosas en numerosos lugares (Shiva, 2001). Incluso la función básica para la que fueron creados ha sido puesta en evidencia recientemente en el caso del amaranto en EEUU, donde se han tenido que abandonar más de 5000 hectareas de soja transgénica “Round up Ready” (producto estrella de Monsanto, creada para ser resistente a un herbicida que eliminaría por completo el resto de la diversidad vegetal), por invasión incontrolable de una “plaga” de amaranto que ha adquirido resistencia al potente herbicida [6].
La respuesta, en último término, es que toda esta industria está construida sobre una teoría biológica sobre la naturaleza de la información genética radicalmente reduccionista. Y a pesar de que la evidencia experimental demuestra tozudamente la necesidad de replantear este modelo teórico, la enorme resistencia al cambio, dirigida por las fuerzas inerciales expuestas más arriba, es tan grande que las líneas de “Investigación y Desarrollo” siguen diseñándose, en la práctica, en base a él. Analizaremos aquí dos de sus estamentos básicos:
Modelo “Gen-proteína-carácter”: la información que conforma a los organismos y sus funciones se encuentra en la secuencia de nucleótidos del ADN. Los “genes” son secuencias de nucleótidos que codifican secuencias de aminoácidos (proteínas). Cada proteína posee una propiedad enzimática o bien estructural que depende de su plegamiento en el espacio y, en último término, de su secuencia de aminoácidos. Estas propiedades son las que definen los diferentes “caracteres heredables” de un organismo, que estarían así codificados independientemente en nuestro ADN.
Con el paso de los años la extrema simplicidad de este modelo ha ido matizándose poco a poco, bajo el peso de sucesivas evidencias, en el discurso de los principales medios científicos, que han minimizado sistemáticamente el alcance de cada una de ellas. Con todo, al igual que este modelo, las estrategias de investigación y diseño biotecnológico permanecen en lo fundamental inalteradas.
La realidad que hace años ha quedado demostrada es que la más relevante información genética no reside en las secuencias de nucleótidos, sino en aquello que llamamos “regulación de la expresión génica”, que es lo que determina en qué tejido, en qué cantidad, en qué momento del desarrollo o ante qué circunstancias se expresa un gen. Nos encontramos lejos de aprehender intelectualmente la complejidad del entramado de interacciones responsable de esta regulación, en la que intervienen, como mínimo, el conjunto de proteínas (proteoma), de genes (genoma), y de metabolitos (metaboloma) en una complejísima red de interacciones que se ha denominado Interactoma (Sandín, 2010).
Algunos datos orientativos:

  • Menos del 5% del ADN son secuencias codificadoras de proteínas[7]. Durante años se ha venido llamando al otro 95% “ADN basura” ya que no encajaba dentro del modelo reduccionista asumido como dogma. Actualmente las pruebas acumuladas a favor del importante papel que juega en la regulación de la expresión génica no dejan lugar a dudas.
  • Un mismo gen puede dar lugar a hasta 100 proteínas diferentes, gracias a un misterioso proceso conocido como “Splicing alternativo” por el cual ciertas proteínas cortan, pegan, y empalman las secuencias génicas tras su transcripción (Sandín, 2010).

Variación al azar: el neodarwinismo asume que el cambio heredable en los genomas tiene lugar a través de mutaciones “al azar”, es decir, que no tienen la menor relación con la compleja red de interacciones integradas que es la fisiología molecular del organismo. La explicación de que mutaciones al azar hayan generado toda la diversidad orgánica conocida se justifica por la Teoría de la “Selección Natural” (uno de los dogmas más firmemente establecidos de nuestra ciencia, Sandín, 2009), según la cual la reproducción diferencial entre diferentes individuos va acumulando pequeñas modificaciones que suponen “ventajas adaptativas”. Las formas y funciones orgánicas presentes en la naturaleza serían el resultado de esta acumulación de mutaciones al azar.
Este aspecto es bastante importante en la fundamentación de la ingeniería genética, ya que asume que los cambios se dan en la naturaleza son independientes de la fisiología orgánica, al igual que las alteraciones genómicas que produce esta tecnología.
¿Qué datos tenemos al respecto?

  • Las proteínas del metabolismo celular, al igual que sus “genes” (secuencias de ADN) correspondientes, han permanecido básicamente inalteradas a lo largo de la evolución. Las hemos heredado de las bacterias.
  • En cuanto a la información relacionada con la formación de las estructuras anatómicas animales y plantas (genética del desarrollo), se ha puesto de manifiesto que está complejamente organizada en paquetes de genes y proteínas donde, de nuevo, es la interacción entre los componentes del paquete y no la naturaleza de los mismos (refiriéndonos a las secuencias nucleotídicas o de aminoácidos, que también en este caso han permanecido en lo fundamental inalteradas desde la aparición de los primeros animales) lo que determina el resultado final. Esta organización es intrínsecamente incompatible con un cambio dirigido por mutaciones al azar en las secuencias de nucleótidos (García Bellido, 1999).
  • La interacción reguladora de la expresión génica tiene mucho que ver con la posición relativa de los diferentes elementos entre sí (“genes”, proteínas, secuencias no codificantes…), y se han observado ya mecanismos, que, en respuesta al ambiente (no al azar), modifican esas posiciones. El ADN no codificante (más del 90%) se compone principalmente de los llamados “elementos móviles” (fragmentos que literalmente viajan de una parte a otra del genoma[8] llevando consigo fragmentos colindantes) y las “secuencias altamente repetidas”, construidas por la acción de los elementos móviles. Estos elementos han mostrado la capacidad de actuar coordinadamente, en determinadas condiciones, en la activación y desactivación de diferentes paquetes de genes, e incluso en la alteración de la metaestructura genómica y la comunicación genómica intercelular, pudiendo provocar cambios heredables (Sentís, 2002).
  • Desde el punto de vista sistémico, el fracaso tecnológico de los transgénicos se comprende muy fácilmente. Sencillamente se está actuando ignorando (u obviando) la compleja red de interacciones que integran la información genética y sus mecanismos de cambio. Se ignora el hecho de que exista una fisiología del cambio genómico, y que esta esté en contacto con la genómica del entorno a través de una compleja red de interacciones de la que aún sabemos menos[9].

No sólo se asume que el cambio genómico no está integrado sistémicamente en la fisiología del organismo, sino también que no está integrado en su comunicación con el medio. En consecuencia, y en base a lo expuesto en el anterior apartado, la tecnología de intervención en el medio genómico es un elemento no integrado en el sistema que, necesariamente, generará toxicidad. Por ello la toxicidad se manifestará de diferentes maneras a nivel sistémico, tal y como puede comprobarse (Shiva, 2001. Ho, 2004).

BIBLIOGRAFÍA

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Notas

Nota [1] Información sobre estos colectivos en http://matrizcelular.blogspot.com.
Nota [2] Vandana Shiva nos relata en su libro Abrazar la vida la decisiva transición histórica durante la Edad Moderna, desde la concepción ancestral de la Tierra como madre nutricia creadora de vida (Terra mater) a la de una Tierra como un recipiente vacío que prosperaba sólo con trabajo y la intervención agresiva del hombre (Terra nullus).
Nota [3] Según la R.A.E: “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales”.
Nota [4] En el curso de 2009 “Maternidad y ecología” en Jaca, propuse un enfoque estructural similar bajo el nombre “Paradigma de la Organicidad”, inspirado en investigadores como Reich, Maturana, Sandín, Mollison, o Ho. Entonces desconocía la obra de Von Bertanlaffy de modo directo, pero la notable convergencia en el nombre escogido para el paradigma es fácilmente explicable, ya que muchos de los autores con los que fundamenté la ponencia se nutrieron directamente de su trabajo.
Nota [5] El estado opuesto a la entropía. Es la organización que permite almacenar potencial energético en forma de gradientes físicos o químicos.
Nota [6] http://www.organicconsumers.org/ACO/articulos/article_18176.cfm
Nota [7] De los cuales compartimos el 97% con, por ejemplo, el ratón. Una evidencia clara de que no son las secuencias codificantes (“genes”) las que definen nuestros “caracteres” (Sandín, op cit.).
Nota [8] Conocidos como transposones y retrotrasposones (Sandín, op cit. Sentís, op cit.).
Nota [9] Y sin embargo, las pruebas están ahí. Un 10% de nuestro genoma está compuesto literalmente de virus, y los elementos móviles que conforman la estructura metagenómica tienen un más que probable origen viral (Sandín, op. Cit).

¿Crisis terminal del capitalismo?

Leonardo Boff (ALAI)

Vengo sosteniendo que la crisis actual del capitalismo es más que coyuntural y estructural. Es terminal. ¿Ha llegado el final del genio del capitalismo para adaptarse siempre a cualquier circunstancia?. Soy consciente de que pocas personas sostienen esta tesis. Dos razones, sin embargo, me llevan a esta interpretación.
La primera es la siguiente: la crisis es terminal porque todos nosotros, pero particularmente el capitalismo, nos hemos saltado los límites de la Tierra. Hemos ocupado, depredando, todo el planeta, deshaciendo su sutil equilibrio y agotando sus bienes y servicios hasta el punto de que no consigue reponer por su cuenta lo que le han secuestrado. Ya a mediados del siglo XIX Karl Marx escribía proféticamente que la tendencia del capital iba en dirección a destruir sus dos fuentes de riqueza y de reproducción: la naturaleza y el trabajo. Es lo que está ocurriendo.

La naturaleza efectivamente se encuentra sometida a un gran estrés, como nunca antes lo estuvo, por lo menos en el último siglo, sin contar las 15 grandes diezmaciones que conoció a lo largo de su historia de más de cuatro mil millones de años. Los fenómenos extremos verificables en todas las regiones y los cambios climáticos, que tienden a un calentamiento global creciente, hablan a favor de la tesis de Marx. ¿Sin naturaleza cómo va a reproducirse el capitalismo? Ha dado con un límite insuperable.

El capitalismo precariza o prescinde del trabajo. Existe gran desarrollo sin trabajo. El aparato productivo informatizado y robotizado produce más y mejor, con casi ningún trabajo. La consecuencia directa es el desempleo estructural.

Millones de personas no van a ingresar nunca jamás en el mundo del trabajo, ni siquiera como ejército de reserva. El trabajo, de depender del capital, ha pasado a prescindir de él. En España el desempleo alcanza al 20% de la población general, y al 40% de los jóvenes. En Portugal al 12% del país, y al 30% entre los jóvenes. Esto significa una grave crisis social, como la que asuela en este momento a Grecia. Se sacrifica a toda la sociedad en nombre de una economía, hecha no para atender las demandas humanas sino para pagar la deuda con los bancos y con el sistema financiero. Marx tiene razón: el trabajo explotado ya no es fuente de riqueza. Lo es la máquina.

La segunda razón está ligada a la crisis humanitaria que el capitalismo está generando. Antes estaba limitada a los países periféricos. Hoy es global y ha alcanzado a los países centrales. No se puede resolver la cuestión económica desmontando la sociedad. Las víctimas, entrelazas por nuevas avenidas de comunicación, resisten, se rebelan y amenazan el orden vigente. Cada vez más personas, especialmente jóvenes, no aceptan la lógica perversa de la economía política capitalista: la dictadura de las finanzas que, vía mercado, somete los Estados a sus intereses, y el rentabilismo de los capitales especulativos que circulan de unas bolsas a otras obteniendo ganancias sin producir absolutamente nada a no ser más dinero para sus rentistas.

Fue el capital mismo el que creó el veneno es el que lo puede matar: al exigir a los trabajadores una formación técnica cada vez mejor para estar a la altura del crecimiento acelerado y de la mayor competitividad, creó involuntariamente personas que piensan. Éstas, lentamente van descubriendo la perversidad del sistema que despelleja a las personas en nombre de una acumulación meramente material, que se muestra sin corazón al exigir más y más eficiencia, hasta el punto de llevar a los trabajadores a un estrés profundo, a la desesperación, y en algunos casos, al suicidio, como ocurre en varios países, y también en Brasil.

Las calles de varios países europeos y árabes, los “indignados” que llenan las plazas de España y de Grecia son expresión de una rebelión contra el sistema político vigente a remolque del mercado y de la lógica del capital. Los jóvenes españoles gritan: «no es una crisis, es un robo». Los ladrones están afincados en Wall Street, en el FMI y en el Banco Central Europeo, es decir, son los sumos sacerdotes del capital globalizado y explotador.

Al agravarse la crisis crecerán en todo el mundo las multitudes que no aguanten más las consecuencias de la superexplotación de sus vidas y de la vida de la Tierra y se rebelen contra este sistema económico que ahora agoniza, no por envejecimiento, sino por la fuerza del veneno y de las contradicciones que ha creado, castigando a la Madre Tierra y afligiendo la vida de sus hijos e hijas.

La Biología sistémica resuelve viejos misterios

Los biólogos están usando poderosas computadoras para ayudarse a darle sentido a las partes perdidas de la vida

por Christine Gorman, Scientific American /  April 25, 2011 / 2  

  Por más de un siglo los biólogos han dado grandes pasos en el entendimiento del complejo tejido de la vida reproduciendo los pequeños y cortos tejidos de sus muchos patrones.
Este enfoque reduccionista, que rompe los complicados procesos en sus partes componentes para entenderlos mejor, ha producido extraordinarios avances. Por ejemplo, dábamos por hecho que las moléculas de ADN, y no las proteínas, contienen nuestra información genética, pero ha sido un asunto de enorme debate y estudio desde mediados del siglo XX. (regresando entonces, el ADN, químicamente hablando  parece más una simple molécula, que ser capaz de mantener generaciones de información hereditaria; por otro lado las proteínas son maravillosamente complejas y parecen más aptas para ese trabajo). Recientemente los neurólogos han trazado la formación (y lo accesorio) de un sin fin de conexiones entre neuronas en el cerebro, que hacen que el proceso de aprender se parezca más al crecimiento de un jardín que a la programación de una computadora.
Sin embargo ahora los investigadores han llegado al límite del reduccionismo. Se han dado cuenta de que no se puede entender la vida sin tener la manera de tratar con su complejidad. Los genes no existen aislados, se influencian unos a otros e inconvenientemente para su estudio (reduccionista) están influenciados por otras moléculas y químicos. Entendemos que nuestra conciencia –el darnos cuenta de nuestra propia existencia y la habilidad de vernos como individuos – debe emerger de alguna manera de las muchísimas conexiones en nuestro cerebro, pero aun no sabemos como.
Un nuevo campo de estudio llamado Biología sistémica, permite a los investigadores estudiar más esta complejidad sin volverse locos. Esto requiere que los biólogos se sientan trabajando con las computadoras tan confortablemente como se sienten con los microscopios. Y este campo de estudio ofrece tremendas promesas. Alan Aderem, un co-fundador del Institute of Systems Biology en Seattle, Wash., hace un gran uso de la biología sistémica ayudando finalmente a hacer vacunas exitosas contra ciertas enfermedades que habían resistido todos nuestros esfuerzos, como el SIDA, la tuberculosis y la malaria. (ver el artículo  "Fast Track to Vaccines" en el ejemplar de mayo de 2011 de Scientific American.)
Se está produciendo un acercamiento a la biología de sistemas en algunos colegios y en escuelas de medicina. Vea el video que se incluye (en inglés) de la Virginia Commonwealth University, para tener una idea general de lo que se trata la biología sistémica y como los estudiantes de biología están aprendiendo a usar las computadoras para darle sentido a los más intrincados aspectos de la vida.

Ver video

 

 

EL LABERINTO DE LA CRUELDAD

Por: Gerardo De la Concha

 

Sociedades crueles y sicopáticas: la china y la mexicana

Henry Kissinger, a quien por lo menos debemos concederle saber de muchas cosas, dijo que la sociedad china y mexicana acumulaban gérmenes de gran violencia. (1) Una característica compartida era la capacidad de los chinos y los mexicanos para ser crueles. No es Kissinger la mejor referencia, pero siempre me inclino ante el apotegma de Juan de Mairena, de Antonio Machado: “La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero”.

La historia antigua, posterior y moderna nos da infinidad de datos acerca de estas características nacionales en ambos países. La Revolución china fue genocida y tocó extremos de crueldad, los cuales se mantienen vivos, pues la tiranía y la tortura se encuentran en los cimientos de su sistema. En el caso mexicano, la violencia  caótica o institucional se acotó después de la fase armada de la Revolución, la etapa más bárbara. Llegaron los licenciados –luego ya doctores-, desplazando a los militares, educados en la brutalidad, para instaurar la corrupción como el vínculo social más fuerte, moderando –sin desaparecer- el sistema represivo. 

La historia de crueldades incorporadas a la mitología, la educación y las identidades podría estar marcando el carácter nacional; la Revolución cultural china o la Revolución mexicana, Mao o Pancho Villa, un genocida y un bandido asesino, como emblemas. Habría que explorar el resentimiento como una de las causas de esto, la herida histórica de pueblos conquistados o invadidos, donde además la desigualdad social ha sido estructural, un problema de raíces profundas; asimismo, países de mandarinatos, de burocracias corruptas, de leyes complicadas que no se aplican, de desprecio arriba y abajo por la ley. La crueldad se arraiga así en el autoritarismo, la mentira y la indiferencia prevalecientes en la cultura de China y México.   

Pero en ambas sociedades, su vida cotidiana está impregnada de crueldad. Es como si este tipo de violencia desmedida causara una carta de naturalización, de ensañamiento aceptado o tolerado contra los grupos vulnerables; se dirá que en México no se llega a los extremos de algunas provincias de China (el trato a los niños en los orfanatos, por ejemplo, a quienes por grupos se deja morir de inanición para cumplir con cuotas preestablecidas, o el hecho de los abortos forzados como medidas de control demográfico), pero es claro que el abandono social de sectores marginados constituye una forma tolerada de crueldad.   

Otro síntoma grave en la sociedad oriental y en nuestro país es el maltrato generalizado a los animales, compuesto también de indiferencia cómplice. Pareciera no importar. Ahí encuentro también establecida esa característica señalada por Kissinger, como una pulsión oculta, o se ejerce o se tolera dañando a los seres más débiles, pero prácticamente no provoca escándalo, no es un tema para las autoridades, ni los políticos, ni la mayor parte de los académicos o intelectuales (en México, al no ser gobernados por una dictadura, hay más expresiones de salud en este aspecto a través de la protesta y el activismo de los defensores de animales, pero todavía en forma minoritaria). (2) 

Por pudor no voy a mencionar ejemplos de la manera con la cual son maltratados los animales, llegando incluso a la sevicia, en China y en México, en medio de una total impunidad pues no existen leyes adecuadas en la materia (la ausencia de ley avala socialmente esta crueldad). George Steiner escribió: “Torturar niños o animales es algo equivalente, pues se trata de una manifestación del mal absoluto”. (3)

No se trata de la explotación de corporativos –un fenómeno universal apenas enfrentado para regularlo con normas humanitarias por parte de la legislación austriaca y algunos avances en la Unión Europea- sino de la acción, soportada socialmente, de tortura a los animales por individuos de estas sociedades, para la diversión, las fiestas, la alimentación, los rituales, las costumbres, el comercio, o por simple maldad. (4)

Si los animales están indefensos frente a la crueldad china y mexicana, es evidente que el ser humano está expuesto también a ser víctima de ese carácter nacional. En China la Persecución a los practicantes de Falun Gong –un sincretismo de budismo y taoísmo el cual promueve los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia- es una muestra de ello. Este movimiento espiritual ha sido martirizado en una Persecución genocida, la cual se oculta por razones comerciales: torturas hasta la muerte, deportaciones a campos de trabajo forzado, lavado de cerebro, tráfico de órganos con prisioneros ejecutados ex profeso, miles de víctimas en una supresión, acompañada de propaganda de odio, de la libertad religiosa. (5)   

En México, la guerra de Calderón ha hecho aflorar, en sus ámbitos más descompuestos, la tendencia a la crueldad en los bajos fondos mexicanos. Hillary Clinton declaró recientemente que le resultaba inimaginable la violencia de los Cárteles de la droga mexicanos. Para un político estadunidense de los tiempos de Abu Graibh y Guantánamo, debe ser realmente inimaginable la ferocidad de la guerra del narcotráfico en la tierra mexicana, para hacer un pronunciamiento como éste. (6)

¿Qué tanto está en el alma china o mexicana la crueldad y qué tanto sus manifestaciones actuales representan un síntoma sicopático provocado por causas externas, digamos sus modelos económicos imperantes? A mi parecer ambos factores, el alma y la economía, juegan un papel en el fenómeno.

En el caso chino, académicos chinos se están preguntando si el crecimiento económico acelerado está dejando ya demasiadas secuelas de trastornos mentales y emocionales en sectores de su población. Peticionarios, gente despojada de sus viviendas para construir los monumentos de la megalomanía comunista-capitalista china, quienes se suicidan en medio de la indiferencia  de los no afectados, o de pronto surge una ola de atentados de locos contra niños de las guarderías (29 muertos, más de 100 heridos en casos recientes),  la cual “sorprende” a una sociedad china sometida masoquistamente a una tiranía que les promete ser ahora la “potencia del siglo XXI”, como a su manera los nazis involucraron en su propaganda maligna a toda la sociedad alemana de su tiempo. (7)

En relación al caso mexicano no hay nadie cuestionando el fenómeno de la crueldad desatada en medio de la crisis de violencia delincuencial que vivimos. Hay fatalismo, resignación, indiferencia. Como si fuera algo que no nos concerniera. Pero los torturadores, los sádicos extremos, no vinieron de otro planeta: surgieron de nuestra sociedad, para actuar con todo su resentimiento y capacidad depredadora. ¿Y no podemos preguntarnos por qué? La desigualdad, la injusticia, ha sido indudablemente un caldo de cultivo, tanto como la impunidad y el desprecio a la ley en todas las clases sociales. El espectáculo de la crueldad mexicana debería conmovernos en el sentido más profundo. No sucede así.

Lo avizorado por Kissinger parece haber emergido y probar con creces su apreciación. En China, a pesar de toda su propaganda, el sistema muestra estar impregnado de crueldad y en su sociedad ésta se expresa en diferentes formas, ejercida o padecida por su gente; México, por su parte, vive una espiral cruel, como una debacle donde el Estado falla, el orden se trastoca y las víctimas conforman el símbolo atroz de una realidad cimentada en la sangre derramada, el terror y el miedo, como si esto hubiera surgido de las propias sombras de su historia y de sus raíces ancestrales. 

 

El laberinto de la crueldad

En su célebre ensayo El laberinto de la soledad, Octavio Paz compara a los mexicanos con los chinos:

“La extrañeza que provoca nuestro hermetismo ha creado la leyenda del mexicano, ser insondable. Nuestro recelo provoca el ajeno. Si nuestra cortesía atrae, nuestra reserva hiela. Y las inesperadas violencias que nos desgarran, el esplendor convulso de nuestras fiestas, el culto a la muerte, acaban por desconcertar al extranjero. La sensación que causamos no es diversa a la que producen los orientales. También ellos, chinos, indostanos o árabes, son herméticos e indescifrables. También ellos arrastran en andrajos un pasado todavía vivo. Hay un misterio mexicano como hay un misterio amarillo...”

El ensayista ubica una imagen del mexicano bajo el estereotipo de lo hermético, una actitud soterrada que, bajo la máscara de la cortesía, esconde una gran violencia, expresada de manera inesperada, conviviendo en la fiesta o en su extraño culto a la muerte. Esta es la imagen popular, conformada de la herencia indígena –de raíces asiáticas- y española, con un sentido de hidalgo, es decir, proclive a ese romanticismo de la muerte tan característico. (8)

Siendo aguda la comparación –en la cual se incluye a los indostanos y a los árabes-, Paz no desarrolla, además del aspecto hermético, el elemento de la crueldad a la cual son proclives estos pueblos, tanto por sus convulsiones históricas, como por sus costumbres y sus estilos de gobierno, conocidos de manera sintética como despotismo oriental.

Al no tomar en cuenta la crueldad –con datos históricos, sociales, incluso ideológicos o míticos- de esos pueblos orientales a los cuales se asemejan los mexicanos, el ensayo de Paz encuentra en cambio un eje conductor en el concepto de soledad, finalmente un recurso retórico más que de análisis ontológico, pues todo ser está predispuesto a vivir solo su muerte (Heidegger) y la manera de conjurar esta soledad metafísica, por medio del sacrificio, el rito, la fiesta o la explosión histórica  vendría a negarla, haciendo de esta negación entonces la verdadera característica del ser, capaz de esta forma de apropiarse del tiempo, de su duración, de su trascendencia.

En el capítulo del estudio paciano donde hay una disquisición sobre el uso del término la chingada, hay también un análisis puntual del machismo y una sola referencia al sustrato histórico y sicológico de la violencia ontológica del mexicano: el resentimiento. El acto de venganza repetido a través de la historia y en distintas circunstancias, estaría originado en la fractura producida por la Conquista, así lo ubica en su análisis Paz, aunque no correlaciona el resentimiento con su manifestación psicopatológica: la crueldad.

En el laberinto estarían entonces el resentimiento frente a un padre violador y una madre violada hundido en la siquis colectiva, convertido en un arquetípico mítico, habría la mezcla con costumbres indígenas y españolas, un ritualismo del sacrificio y una indiferencia hacia el dolor de los otros seres, una forma de encarnar la violencia a través de la saña.

Y así como la cortesía encubre la violencia, los periodos de estabilidad resguardan la violencia latente, el “México bronco” del que hablaba Jesús Reyes Heroles, el cual despierta con su cauda de saqueos, desorden, asesinados, torturados, mutilados, colgados, decapitados. (9) El caos de la guerra incuba en México la capacidad de crueldad, todas las guerras la auspician, pero en el caso mexicano son “la inesperada violencia que nos desgarra” de la cual habla Paz. 

El México de sus raíces violentas, de su resentimiento y crueldad no despertó en una mítica Revolución como la soñara la generación del 68 y los 70s, (10) sino a través de una convulsión social sin ideología, nihilista totalmente, a través de la delincuencia, del crimen y del salvajismo autoritario del Estado. Es la guerra del narco, la guerra de Calderón, que ha atrapado en sus fauces a la sociedad mexicana. Pero el fenómeno particular de esta guerra, además de pretender ser permanente -pues no se plantea cómo se obtendrá la paz si el criminal convertido en enemigo, se trasmuta en una invencible hidra de mil cabezas-, tiene como una característica principal el terror de la crueldad.

En su brillante ensayo, Octavio Paz no se detuvo a analizar el tema de la crueldad, a pesar de los signos evidentes y de su expresión como parte de lo mexicano. Señala la violencia, pero no la sevicia con la cual se hace presente. Quizás la consideró un fenómeno aleatorio y no sustantivo, cuando es una sustancia abarcadora del ser mexicano, tanto como fenómeno específico, como por el hecho de que se disimula al considerarlo separado de la sociedad normal, sin reconocer que la sociedad normal ha sido el marco para que exista y se constituya como un trasfondo suyo, al hacerla víctima, de la misma manera como la convulsión afecta a un cuerpo enfermo.

Decía Dostoievski en un diálogo célebre de Los hermanos Karamazov que sólo el hombre y no ninguna fiera era capaz de hacerle al hombre lo cometido por los turcos  en la guerra con sus prisioneros: colgarlos de las orejas. Excesos semejantes han sido llevados a cabo en México actualmente. ¿Pero este ensañamiento del hombre contra el hombre representa una característica mexicana, hundida en raíces ancestrales, en su psiquis colectiva lastrada por el resentimiento, en su historia, en sus mitos, en sus costumbres, engendrada en su economía de privilegios, desigualdad y corrupción? A mi parecer es nuestro laberinto, por ello debemos desentrañar todos sus elementos. Es el laberinto de la crueldad.

México es una sociedad cruel en su fondo y la crueldad está desatada ahora en la guerra y la explosión delictiva. Mientras no aceptemos esta realidad evidente, no sabremos si hay una salida a este laberinto oscuro.

Ciudad de México, agosto de 2010

Notas  

  1. Conversación privada de Henry Kissinger con Carlos Hank González, contada por éste antes de su muerte a un grupo de periodistas.
  2. El último reporte de la organización Animal Asian expone numerosos casos de crueldad exacerbada contra los animales en China; en México, el periódico La Razón (20/7/2010), da el dato de que por lo menos el 70% de los animales son maltratados en el país. Dos manifestaciones multitudinarias en la Ciudad de México -22 de mayo y 17 de julio- tuvieron una fuerte participación de jóvenes reaccionando ante el caso de unos degenerados en Nayarit quienes subieron a Youtube la tortura y muerte que hicieron con un perro llamado Callejerito. Las principales propuestas de estas marchas fueron: penalizar la crueldad contra los animales, prohibir su uso en espectáculos como los circos, las corridas de toros y las peleas de perros, establecer Centros de Control Animal para su esterilización y adopción, en lugar de los antirrábicos donde se les sacrifica cruelmente.
  3. Pasión intacta, George Steiner, Siruela, Barcelona, 2006.
  4. Hay casos de crueldad instituida contra animales en muchos países. Por ejemplo, en Francia se mantiene la tortura a patos y gansos para producir paté de hígado. Sólo la conciencia, la denuncia, el boicot comercial y las leyes humanitarias de la Comunidad Europea, pueden acabar con este tipo de infamias. Pero otro es el caso de la diversión con espectáculos donde se maltrata animales como la mayor parte de los circos chinos o cómo se alimenta a las fieras de los zoológicos con animales vivos para solaz del público, o la polémica fiesta de los toros en México, una herencia de la España negra prohibida por Benito Juárez en su tiempo; la afición y el apoyo de oligarcas, políticos e intelectuales a las corridas de toros se ha convertido en el principal obstáculo en México para que exista una ley federal adecuada contra la crueldad hacia los animales. Sólo este hecho cuestionaría a las corridas y debería obligar a un debate para llegar a acuerdos básicos. La tauromaquia portuguesa donde no se mata al toro de lidia puede ser una salida.
  5. Para ubicar el contexto de esta Persecución, véase 9 Comentarios sobre el Partido Comunista Chino, El grito sagrado, Buenos Aires, 2007.
  6. Para un análisis crítico contra la guerra de Calderón y las alternativas para enfrentar al crimen organizado, véase “Los mitos de Villalobos y la guerra del narco en México”, Gerardo De la Concha y Federico Piña, Politea, Sinaloa, enero de 2010; también “Carta Abierta al general Guillermo Galván” y “Carta Abierta a Héctor Aguilar Camín”, publicadas en varios blogs de Internet.
  7. “Asesinatos en escuelas y la sicopatología social”, Oiwan Lan, Global Voices. En una de estas guarderías, después de un ataque, los padres de familia pusieron el siguiente letrero en una manta: “La injusticia social y las deudas tienen un origen, voltea a la derecha y encontrarás a un órgano del Estado”.  
  8. El sentido del honor de la hidalguía hispana ha sido comparado por Yukio Mishima con el de los samurais japoneses; en la actualidad ha desaparecido o es marginal culturalmente, sólo sobreviven sus metáforas de valor y muerte en las corridas de toros, las cuales acaban en realidad siendo un espectáculo de tortura y crueldad.
  9. El caos de la guerra de Calderón, al militarizar sin una estrategia efectiva la lucha contra el narcotráfico, atrae mercenarios como los centroamericanos, los kaibiles de Guatemala o los maras salvatruchas de El Salvador quienes importaron las decapitaciones utilizadas ahora rutinariamente por los Cárteles mexicanos.
  10. Si bien la generación revolucionaria de los 70s cometió el error de la violencia, la represión gubernamental se cebó con la crueldad de la guerra sucia: torturas, ejecuciones, desapariciones. Muchos de los policías políticos de la época migraron hacia el narcotráfico e incubaron en ese medio su vieja práctica. 

Publicada el 2 de febrero de 2011